sábado, 4 de marzo de 2017

Algunos descubrimientos son muy reveladores, como el publicado recientemente por la asociación Americana de Psicología (APA) quienes afirman que los nombres de las personas afectan a sus rasgos faciales con los años.
Los responsables del estudio, descubrieron que después de una encuesta en la que se trataba de colocar el correcto nombre de una lista al rostro de un sujeto, los participantes llegaron a emparejar con un 40% de aciertos, el nombre correcto a la persona cuya faz se mostraba.
Para comprobar la fiabilidad del estudio, utilizaron un sistema aleatorio en el que los nombres se relacionaban al azar con otros rostros, y en este caso, el acierto se redujo a una cifra situada en torno al 23%.
Concretamente, el autor del estudio, ha sido Yonat Zwebner de la Universidad Hebrea de Jerusalén, quién afirmaba que gran parte de esta conexión se debe a la potente función que desempeñan los estereotipos sociales a la hora de formar la psique humana.
Por ejemplo, encontraron cosas tales como que tipos que se llamaban Bob, tienen una cara más redonda que otros que se llamaban Tim.
Esta investigación, parece incluso afirmar que nuestra apariencia y nombres afecta a la manera de como los demás nos tratan, que a su vez, afecta a nuestro propio comportamiento y apariencia.
Ahora y como nota personal, añadiré que de este modo, podemos demostrar como nuestra mente es capaz de modificar nuestro ADN y “esculpir” en nuestro cuerpo, aquello que creemos y sentimos.
El viejo axioma de que todo es mente, parece nuevamente demostrarse.
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LAQUINTACOLUMNA